Las acciones que se desarrollan desde la ASC son muy complejas, por lo que los procesos para evaluar sus actividades y proyectos también son exigentes.
La evaluación incide en el aprendizaje social de valores, en la conformación cultural y su puesta en marcha corresponde a todos los integrantes sociales (Mateo, 1996).
La evaluación y el proceso de desarrollo de un proyecto dentro de esta metodología de intervención sobrepasa la visión controladora de la realidad, es decir, la metodología de evaluación que sigue la ASC no puede desempeñar una mera evaluación de lo observable, puesto que este control no podría ejercerse nunca sobre los sentimientos y emociones que inspiran y guían a las personas y grupos. La ASC es una metodología que pone especial importancia en la forma en cómo las personas, grupos y colectivos implicados interpretan, viven y experimentan las actividades realizadas.
Con todo esto, entiendo que la evaluación y metodología de un proyecto de Animación Sociocultural supera el procedimiento evaluativo más tradicional, entendiendo el mismo proceso como un medio de comunicación que hace posible el compromiso entre personas y grupos.
La forma de evaluar las actividades de ASC y las distintas etapas que constituyen la principal metodología para elaborar y desarrollar un proyecto de intervención social generan visiones colectivas compartidas entre los sujetos protagonistas del proceso, facilitando el autoconomiento y la reconstrucción o transformación de las identidades colectivas.
Una vez reflexionado sobre lo anterior, os comparto en forma de resumen cuáles son las etapas de un proceso de elaboración y ejecución de un proyecto de ASC:
Justificación: El primer paso de todo proceso de un proyecto debe comenzar identificando la necesidad que nos lleva a desarrollar un proyecto de ASC. Esta justificación puede desarrollarse mediante la observación, teniendo en cuenta otras experiencias o escuchando lo que la comunidad demanda.
Diagnóstico: Una vez identificada esa primera necesidad que justifica la realización de nuestro proyecto, pasamos a realizar el diagnóstico. Este es el momento de identificar las necesidades, problemas, centros de interés y las oportunidades de mejora de la relación y los espacios de relación donde hemos identificado la demanda.
Después, debemos contextualizar la situación, identificando los factores causales, determinantes, condicionantes y de riesgo; como las circunstancias, contextos o practicas sociales que hayan podido ocasionar la necesidad detectada; así como otras causas ambientales, políticas, económicas o culturales que hayan podido influir en el problema.
Una vez identificado lo anterior, realizaremos un pronóstico de la situación e identificaremos los recursos existentes en la propia comunidad.
Implementación del proyecto: Una vez que contamos con el diagnostico, es el momento de poner en práctica nuestro proyecto. En primer lugar, se debe sensibilizar a la población, mediante la promoción de la conciencia y participación. Debemos formar y cohesionar el grupo, para poder así desarrollar el proyecto.Una parte muy importante a la hora de llevar a cabo el proyecto es dinamizar la comunidad, esto es, desarrollar dinámicas que logren los objetivos propuestos.
Seguimiento y evaluación: Una vez ejecutado el proyecto, pasamos a la última fase: seguimiento y evaluación; esto es, es el momento de comparar “lo que hay” con lo que creemos que debería haber.
Se evaluará el proceso y el resultado obtenido, en función de si se han cumplido con los objetivos que habíamos marcado y si seguimos el proceso que habíamos estipulado. Hay que recordar que en la complejidad evaluativa de las actividades y procesos de animación sociocultural se realiza una evaluación constante, es decir, se evalúa tanto antes de realizar las acciones, durante la realización de las acciones y al finalizarlas, además de evaluar otra vez un tiempo después para observar los cambios generados.
En otras palabras, la evaluación de proyectos de ASC implica una metodología participativa, flexible, creadora e inspiradora, donde el respeto a la diversidad de opiniones y puntos de vista de las personas, grupos o comunidades implicadas son las que guían cada etapa del proceso. Así, en los procesos de los proyectos, el propio colectivo evalúa, comprometiéndose y cooperando para hacer frente a sus propias necesidades y superar los problemas sociales desde esa mirada colectiva.
Fuente:https://egela.ehu.eus/pluginfile.php/3073776/mod_resource/content/0/PROCESO%20DE%20UN%20PROYECTO%20DE%20ASC.pdf